Niños de El Resplandor
Este pequeño retoño está mirando a su alrededor, observando el mundo que la rodea con sus ojos grandes. ¿Por qué tiene que quedarse mirándote así? Y aunque nos asuste un poco con su mirada sin pestañeos, las compuertas realmente se rompen cuando empieza a gritar a todo pulmón. Han pasado tres horas de un vuelo de once, así que ahora puedes disfrutar de las seis horas restantes al escuchar berrinches y lamentos.
Y lo que más nos molesta es que a sus padres no parece importarles. Por suerte para esta pequeña, parece que su papá puede lidiar con los imprevistos. Esperamos que cuando sea que los niños pequeños viajen en avión, sus cuidadores sepan cuándo y cómo cuidar de ellos correctamente. Eso es lo menos que podemos esperar de ellos.