La dona es mía
A veces, luego de un largo día, solo quieres sentarte y comer eso que has estado guardando para cuando llegues a casa. Puede ser helado, un dulce y quizás un panificado. Sin importar lo que sea, lo más importante es que es tuyo y de nadie más.
Aparentemente, el perro de esta persona realmente quiere unirse al momento de comer su bocadillo especial. Al juzgar por la cara del perro, puedes darte cuenta de que no está muy contento de que no se le permita comer ni un poco de esa deliciosa dona. Quizás en la próxima vida, amigo…