Los viejos hábitos son difíciles de superar
Romper un viejo hábito es difícil para cualquiera. Los hábitos que han estado arraigados en el cerebro durante años requieren un gran esfuerzo deliberado y mucho trabajo mental para romperlos. Aparentemente, lo mismo le ocurre a los perros. Este perro tiene un hábito bastante desagradable: morder a su madre por detrás. Sus dueños lo están ayudando a ponerle un fin a ese mal hábito.
No parece que esté saliendo bien, a juzgar por la mirada desanimada en su rostro (y el cartel que indica “cero” días). Esta tarjeta de rachas muestra que el perro recayó ese mismo día. Puedes ver la culpa en sus ojos. Sabe que ha metido la pata. Es claro que va a necesitar un poco más de tiempo para librarse de este mal hábito.