Come para vivir no vivas para comer
“Tuvimos que aprender a comer para vivir, no vivir para comer, día a día”, dijo Lexi cuando admitieron que la parte más difícil para ambos, fue cambiar su relación con la comida.

Aun así, tenían en claro su objetivo y esa era toda la motivación que necesitaban. Sobre todo, Lexi estaba harta de no poder disfrutar de una caminata romántica con su esposo, ir al cine o viajar a otro país.